2008/12/08

Ni siquiera el frío hielo cortándome en pedazos, ni la crudeza de la muerte, logran ser implacables como tú, porque la dureza recorre tus venas, tu mirada no permite ver quién eres, calcina al primer instante; tus palabras como dardos envenenados perforan a quién al no poder huir tiene que escucharlas; tu sonrisa, maliciosa sonrisa, despide hiel que el el momento que nace condena a tortura a quién la ve.
Como todo lo oscuro en este mundo, tratas de pasar desapercibido, tras las sombras en las que te escondes, tu maldad clama por atacar y con un efímero pero profundo mirar a la víctima logras señalar.
El siniestro que tu mente logra calcular nadie lo ha de imaginar, más tú sabes cuanto esto puede afectar y el saberlo solo aumenta tu perversa alegría, mientras la adrenalina del dolor que ocasionarás recorre tu ser dejando escapar un rayo de maldad que tus pupilas discretamente cubrirán.
Sin perder la frialdad que se requiere para actuar, de forma baja y vil haces uso de un recurso que saber no sé podrán resistir, en un segundo tu sed de tortura toma forma de lágrima que aunque el destino de tu presa no este escrito será marcado eternamente por aquella gota de demoniaca oscuridad que solo enredará sin dejar escapar jamás.
En un instante en el que probé tu hiel, tus besos endemoniadamente apasionados engendraron la eternidad macabra que me quedaría cuando en tus labios se perdió mi alma la misma que tu oscuridad de se encargo de absorber.
Y cuando empezaba a asimilar que me envolvía, te busqué pero tu silencio ya no era mío, entre incomprensiones y falsas palabras te perdía, aunque no entendía como perder algo que nunca fue mío.
Las imágenes son borrosas y las palabras confusas que como eco retumban en mi cabeza, trato de encontrar un a razón pero la asfixia y la desesperación me carcomen mientras tu maldad recorre mi cuerpo y apoderándose de todo, desterrando la esencia, deja una alma vagabunda sin corazón, sin razón sin color, encerrada en un cuerpo de mujer, y así como las rosas cuando se marchitan ya todos disfrutaron de su aroma y solo quedan los frágiles envejecidos pétalos condenados a convertirse en polvo que nadie recordará ni siquiera el tiempo que la marchitó.
Me alejas de ti como un recuerdo, uno que no sirve almacenar, sino solo en la lista de aquellas víctimas que talvez tus labios extrañen por la exquisitez de sus almas, pero que ni su nombre, tu boca podrá mencionar.

dame una señal...


En la soledad de una mirada triste,

en la oscuridad de un alma absorta por tu indiferencia,

se escucha desolado un te quiero...


Aún te quiero y quererte carcome mi alma,

por no poder tenerte...


En el débil latir de un corazón agonizante,

tu silencio se aleja se escapa...


El gemir de mis labios sedientos por tus besos,

aclama por un ápice de tu oscuridad

dentro de la enceguecedora luz que me cubre

para que apacigüe aún tan solo un poco,

el dolor que durante años ha acompañado mi camino.


Y tus recueros ahondan en la profundidad de una lágrima marchita

mientras la desesperación por ver el tiempo correr

y tus pasos alejarse, me envuelven en penumbras

que tomándome como su presa me consumen lentamente.


Hasta que en un efímero último latido

la agonía haya consumido aquel corazón

que en el instante que empezó a sentir, empezó a morir

una palabra tuya no por compasión, sino por amor

será mi salvación


Y si la palabra no nace en tus labios

el tiempo me traerá el olvido, el cual me encerrará en la dureza

para un nuevo comienzo en el que tú solo serás un sueño,

ilusión que no se debe soñar.

2008/11/29

Intentando olvidarte...

Es difícil entender como una relación que inicia como un juego se podría volver en la más cruda de las realidades...
Observar como mis propias pasiones se han tornado en mi verdugo, que sin piedad alguna está cercenando mi corazón...

Ahora la distancia aleja tus besos de mis labios que aún guardan tu tibieza, mi piel logra erizarse tan solo con el recuerdo de tus caricias... infinitas sensaciones que van trasformándose en hiel, que inunda mi boca ahogándome, y se acrecenta cuando tu indiferencia me ataca, tu desprecio recorre mi sangre cotejando la realidad de lo ya sabido pero no aceptado, un final sin vuelta atrás...

Mis sueños me han traicionado porque ni en ellos estoy a salvo de tu presencia, se han vendido me han engañado porque no se conduelen al mirarme sangrando por mi amor no correspondido, y se empeñan en recordarme todo lo bello que hemos compartido, en imágenes que burlonamente van escondiéndose en el tortuoso pasado que me ha marcado...
Aún más la imaginación se da rienda sueltas y como el viento que en otoño juega con las hojas, se divierte conmigo, su títere, para descubrir lo que tenía reprimido por doloroso y dañino...

La razón hace ya tiempo que me abandono, y aunque por muchos años me protegío, hoy sola a mi suerte me dejo, vulnerable estoy a tu desdén, a tu mirada fría que al cruzarse con la mía, solo denota la alegría que al parecer mi sufrimiento a ti te causa...

Espero ansiosa el día en que tu imagen frente a mí no sea motivo de sensación alguna, y aunque el deseo de olvidarte no sería más que una fantasía, anhelo desterrarte de mi alma, acabar con cualquier esperanza, que muy a escondidas de mi conciencia pudiese guardar mi corazón, para sentirte cerca, para tener tu amor... y con el destierro marcar el final del latido agonizante de aquel moribundo corazón que no ha debido querer.

Resguardando mi alma


Aún cuando el mundo crea que me conoce y que soy parte de él, debo buscar la manera de no perderme, de no convertirme en el absurdo que pretende crear para suplir lo que se cree es un atrevida creación; más no es así, el latido agonizante del putrefacto y sangriento corazón con behemencia defiende el principio aútonomo de ser quién soy... Y aún en el silencio, figuro mi esencia como un libro abierto que solo espera ser absorbido por el hombre sediento de letras, repitiendome a mi misma, como una plegaria para que impregnada en mis venas y plasmada en mi piel no me abandoné jamás...